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Las ruedas de mi maleta tienen ya mucho trote, pero a pesar de llevar miles de kilómetros rodando por el mundo, pocos destinos (y llevo unos cuantos) me han dejado tan impresionada como la Laponia Finlandesa. Un destino de primeras veces para muchas experiencias nunca antes vividas y la capacidad de maravillarte a cada momento, en modo slow travel, es un REGALO cuando ya llevas muchos sellos en el pasaporte. Algunos van tras las huellas de Papá Noel, otros buscando naturaleza y paisajes de postal, otros a la caza de fenómenos naturales como las auroras boreales que parecen de peli de ciencia ficción… ¿pero sabes lo mejor de todo? ¡Que no hay qué elegir, Laponia te ofrece todo en un mismo viaje!
Si metes en Google: Laponia hay más de 7 millones de entradas y cientos de post en blogs, pero casi siempre con un denominador común: viajar a Laponia en Navidad y en familia. Pero en mi opinión, Laponia es mucho más, por eso me gustaría hablarte desde otra perspectiva: Laponia para adultos y más allá de las Navidades.
Tengo una buenísima noticia para los nostálgicos cuando termina la Navidad… allí puedes vivir la Navidad todo el año y Papá Noel trabaja los 365 días ( bueno, el 24 de diciembre termina un poco antes por razones obvias) por lo que podemos viajar a este rincón mágico del norte de Finlandia en cualquier mes del año y conocer a su ilustre personaje, y además la naturaleza nos va esperar para sorprendernos con un espectáculo único para los sentidos, tengamos o no la suerte de ver una aurora boreal.
En los meses de invierno, durante el Kaamos o noche polar, cuando el sol no se eleva sobre el horizonte y aunque nos regale un par de horas de claridad, existe una especie de “momento azul” donde todo se tiñe de una luz azulada y grisácea que hace del entorno un lugar mágico, irreal diría yo, donde el paisaje es blanco hasta donde alcanza la vista y los árboles cargados de nieve parecen estatuas. Es el momento ideal para disfrutar de la adrenalina de las experiencias al aire libre con trineos tirados por perros o renos, experimentar la velocidad cruzando lagos helados sobre tu moto de nieve, ir a la caza de auroras boreales con tus raquetas de nieve durante la noche o hacer un agujero en el hielo para pescar. Y para afrontar el frío, una hoguera en mitad del bosque reponiendo fuerzas con un té de arándanos o un café humeante, y unas galletas caseras de jengibre.
Sin embargo, si vas en Semana Santa ganarás horas de luz (rascarás alguna hora, pero ojo seguimos en la noche polar eterna), el clima será algo más suave (sí…sigue haciendo frío), tendrás un montón de nieve acumulada para hacer todas las actividades al aire libre y mayor probabilidad de ver auroras boreales al estar los cielos probablemente más despejados.
No asocias Laponia al verano? Pues si quieres huir del calor achicharrante en España, Laponia te recibirá con una temperatura de 20ºC con un sol de media noche eterno, cambiando el blanco sobre blanco por colores verdes y marrones brillantes de sus parques nacionales, azul de sus lagos, rojos de sus bayas y frutos silvestres….y ¡un montón de bebés renos correteando libremente por sus bosques! A partir de mayo que empieza el deshielo, nacen estos icónicos animalitos que nos trasportan a las pelis de Disney. ¿Sabías que en Laponia hay más renos que personas? Son el pilar de la economía del pueblo Sami (Sápmi), población autóctona que vive por y para el entorno natural en el que viven y del que viven. En pocos lugares del mundo el respeto y protección de la naturaleza se llevan tanto en el ADN de sus gentes, de ahí que uno de los preceptos principales de su cultura sea “El Derecho de Todos” según el cual todo el mundo es libre de disfrutar de la naturaleza de forma responsable.
¡Por algo Icárion es todo un referente en el destino Laponia! Compartimos en nuestras raíces la defensa de un viajero responsable, un disfrute sostenible de los destinos que visitamos, y respeto máximo al entorno.
En verano, en Laponia cambiaremos el blanco y azul por los tonos verdes y pardos, las activades sobre la nieve por actividades de disfrute de naturaleza y para los amantes de disfrutar del día … ¡serán felices con su 24h de luz brillante y cálida que lo baña todo alrededor! Podremos hacer kayak, senderismo, pesca, sin olvidar por supuesto la sauna a orillas del lago.
¡Qué sería de los finlandeses sin su sauna! Es lugar de encuentro de amigos y de reunión social, donde sudamos y dejamos atrás todo lo negativo…es una forma de vida.
El verano en Finlandia no es para dormir, hay que aprovechar que tras la noche eterna del invierno, la naturaleza nos va a regalar 24h de sol y luz para socializar, hacer vida al aire libre, ir a festivales…
¿En serio? ¿Es posible ir a la tierra de Papa Noel sin tus hijos? SÍ, claro. Que, por supuesto, los niños cumplen un sueño y los papás disfrutamos sólo de ver su cara de ilusión y disfrute constante, está clarísimo, pero no solo es un viaje para familias y cada vez entre nuestro pasaje en Icárion vemos más grupos de amigos, incentivos de empresa, parejas, lunas de miel: Una Laponia sin niños no es solo posible, ofrece un sinfín de posibilidades. ¿Puede haber algo más romántico que estar con tu pareja en una cabaña de paredes de cristal, con la chimenea encendida y viendo una aurora boreal o cielo plagado de estrellas desde tu jacuzzi calentito?
Laponia tiene la capacidad de devolverte a la inocencia de la niñez, de plantarte delante de ese señor de rojo y por un momento vivir y emocionarte cual niño cuando te pregunta qué vas a pedir ese año para Navidad.
Y si viajas con un grupo de amigos, tras una mañana de adrenalina máxima surcando los bosques nevados a la velocidad de una moto o trineo de perros, llegas a tu hotel o cabaña, sesión de sauna en grupo para comentar las experiencias del día, o tomar una cerveza Lapland fresquita ( obvio!) o echando unas partidas de billar. ¡Día redondo!
Esta filosofía o modalidad de viaje que tanto apoyamos y promovemos en Icárion, defiende el placer de vivir sin prisas, alejarse del stress y disfrutar de los pequeños placeres de la vida. El Slow Travel nos plantea que para conocer un destino hay que tomarse el tiempo suficiente y, sobre todo acercarse a la cultura local y que los servicios y experiencias sean provistos por empresas y comunidades locales, basados en el respeto por el medio ambiente y la cultura que acoge el visitante. Pocos lugares como Laponia permiten tal inmersión con el entorno, natural y cultural, la posibilidad de detenerse y admirar, de escuchar el silencio ( sí, en Laponia la ausencia de sonido puede ser tal que hasta se “escucha”) , compartir con los samis su forma de vida ancestral de manera natural conviviendo con ellos, no a través de “un teatrillo montado para turistas”, y si tienes la suerte de ser testigo de una aurora boreal…esa foto quedará guardada en tu retina para siempre.
Laponia: destino de experiencias únicas, de contrastes, de disfrute de lo sencillo, lo natural, destino que acoge a todos los perfiles de viajero, te hará feliz…por algo Finlandia es año tras año el elegido como el País más feliz del mundo!