ISLAS SVALBARD: Un viaje al fin del mundo
Eugenia lleva toda su vida laboral dedicada al mundo del turismo, marketing y comunicación. Comenzó su carrera profesional en agencias de viajes, pasando a Galileo (GDS) y a la compañía aérea SAS, hasta que el destino la llevó a la Oficina de Turismo de Noruega donde lleva más de 20 años promocionando este maravilloso país en España y recientemente en Latinoamérica. Como apasionada de los viajes y de la naturaleza, “no podía haber encontrado mejor trabajo”. Conoce Noruega casi como la palma de la mano y hoy nos va a hablar de su último viaje a un lugar muy especial: Svalbard.
Índice
INTRODUCCIÓN
Si nos hablan de un lugar muy remoto, cerca del Polo Norte, casi inhabitado, donde viven más osos polares que personas, pensaríamos que es un destino solo accesible para exploradores, extremadamente frio, incómodo y sin interés para un turista “normal”. Pues bien… es todo lo contrario. Estamos hablando de Svalbard. El lugar habitado más al norte del planeta, donde la corriente del Golfo suaviza su clima permitiendo que haya vida y también turismo. Un turismo exclusivo y sostenible. Una auténtica joya dentro de Europa.
Hace poco tuve la oportunidad de viajar a Svalbard en un pequeño grupo organizado por la empresa Hurtigruten Svalbard y voy a intentar compartir aquí mis sensaciones y experiencias.
ALGUNOS DATOS
El archipiélago de Svalbard está situado en el Mar Glacial Ártico entre Noruega y el Polo Norte. Es la región habitada más al norte del planeta. Se cree que Svalbard lo descubrieron los vikingos en el siglo XII pero oficialmente lo descubrió el holandés Willem Barents en 1596. En sus orígenes las islas servían como base ballenera. En 1920 se firmó el Tratado de Svalbard que dio la soberanía a Noruega pero con unas condiciones especiales en cuanto a la explotación de los recursos naturales. Debido a este tratado se fundaron algunos asentamientos independientes como Barentsburg y rusos como Pyramiden, ciudad abandonada en 1998 y que en la actualidad es una ciudad fantasma muy interesante para visitar.
La isla más grande y donde vive la mayoría de la población es Spitsbergen, que en holandés significaría algo así como “montañas afiladas” y la capital es Longyearbyen, que significa la ciudad de Longyear, en honor al industrial estadounidense John Munro Longyear que fundó la ciudad en 1906.
La principal industria de Svalbard ha sido históricamente la explotación de las minas de carbón que comparte Noruega con Rusia. En la actualidad sólo queda una mina operativa que se cerrará en teoría en 2025.
EL TURISMO
El turismo en Svalbard es relativamente reciente (puedes leer aquí como comenzó) pero en la actualidad, junto con la investigación, se han convertido en las principales actividades económicas de la isla.
En la actualidad han cobrado mucho más peso el turismo y la investigación como fuente de ingresos. En cuanto al turismo, está cobrando cada día más importancia para la economía de esta región y se está trabajando con un enfoque claro en el desarrollo de un turismo sostenible de muy alta calidad. Sorprende encontrar maravillosos hoteles de diseño y restaurantes con la gastronomía más sofisticada y delicada.
La oferta turística de Svalbard cambia enormemente durante las diferentes estaciones del año y merece la pena visitarlo en cualquier época, pero hoy os voy a hablar sobre el verano.
ALGUNAS CURIOSIDADES
Sabías qué…
¿En Svalbard viven más Osos Polares que personas? Pues sí. En Svalbard viven unos 3.000 osos polares y unas 2.700 personas. Los osos polares pueden ser peligrosos y para salir de la ciudad es necesario llevar un rifle. Siempre que hagáis una excursión en moto de nieve, bicicleta o andando, tenéis que ir acompañados de un guía armado con un rifle.
En Svalbard apenas hay carreteras. Tan sólo existe una carretera en los alrededores de la capital, Longyearbyen. Para salir de la ciudad tendremos que viajar en moto de nieve en invierno y en barco en verano.
¡El único sitio del mundo donde está prohibido morir y nacer! Suena raro, pero es verdad. Debido al permafrost (hielo que se encuentra debajo de la tierra), allí no se pueden enterrar los cadáveres por lo que solo hay un pequeño cementerio. Además, tan solo existe un pequeño hospital, por lo que las mujeres embarazadas tienen que abandonar la isla cuando se acerca el momento del parto y los enfermos son trasladados a Noruega.
En Svalbard no se pone el sol durante cuatro meses al año, desde el 20 de abril hasta el 22 de agosto. ¿Puedes imaginar un día más largo? Por el contrario, entre mediados de noviembre y mediados de enero no sale el sol teniendo lugar lo que se conoce como “noche polar”. Normalmente no vuelve a amanecer hasta el 20 de febrero. Es la época de la luz azul y las auroras boreales.
En Svalbard se encuentra el Banco Mundial de Semillas (Global Seed Vault), donde se almacenan millones de semillas de especies de todo el mundo para preservarlas ante posibles catástrofes. Tras el Banco de Semillas se creó el Arctic World Archive que almacena en el interior de una antigua mina archivos de documentos que muestran toda la historia de la humanidad. Y en la actualidad existe un ambicioso proyecto del estudio de arquitectura Snohetta, llamado The Arc y que mostrará el contenido de ambos archivos junto con la historia geológica del ártico en un edificio que va a ser un símbolo del futuro tanto por su diseño como por su contenido.
TAN SOLO TRES DÍAS EN SVALBARD
Solo teníamos tres días. Lo ideal es ir a Svalbard como poco cuatro o cinco, pero conseguimos que la organizar un viaje de solo tres días llenos de actividad de la mañana a la noche y que nos permitieron ver mucho y descubrir este increíble destino en verano. La empresa Hurtigruten es conocida por todos por su famoso barco Hurtigruten, el Expreso Costero, que recorre la costa de Noruega todos los días del año, desde Bergen en el sur hasta Kirkenes en el norte, de ida y de regreso. En 1988 Hurtigruten creó la filial Hurtigruten Svalbard que ofrece alojamientos, actividades y cruceros exclusivamente en Svalbard.
LA LLEGADA
Aterrizar en Svalbard ha sido una de las experiencias más maravillosas que he vivido viajando. Son las dos de la mañana. Llevamos más de 10 horas de vuelos y aeropuertos y lo primero que nos sorprende es la luz. Nunca habíamos visto una luz así. Y menos a esas horas. Aunque sabíamos que íbamos a encontrarnos con el sol de medianoche, no deja de sorprenderte esa luz que baña unos paisajes infinitos de islas, montañas, hielo, agua y el blanco que contrasta con algunas áreas de tierra negra en los valles. Entramos en un bellísimo cuadro en blanco y negro que nos rodeará durante gran parte de nuestra aventura.
Mi sensación fue la de estar visitando un lugar de verdad remoto. Y no por su lejanía. Al final, no es tan complicado llegar. Sino por lo diferente que es a todo lo que hemos visto antes y por la sensación de encontrarte en el fin del mundo o incluso en algunos momentos en otro planeta. Es uno de los pocos paraísos naturales que quedan sin explotar y uno de los pocos lugares del planeta donde podemos experimentar de verdad lo que es el ártico de una manera fácil y accesible.
ACTIVIDADES
En estos tres días hicimos muchísimas cosas. Queríamos ver y experimentar todo lo posible para poder conocer el destino. ¡Teníamos la ventaja de que viajamos durante el verano polar, con lo cual los días duraban 24 horas!
El primer día, viajamos en el catamarán híbrido MS Bard que nos llevó a ver el glaciar de Nordenskjold, realmente impresionante. Además, lo bueno es que estábamos solos. Apenas vimos uno o dos barcos con turistas durante nuestro recorrido. En cambio, lo que sí que vimos es ballenas, focas, frailecillos y todo tipo de pájaros árticos. Una experiencia maravillosa. Durante los tramos de navegación, llevábamos guías especializados en naturaleza, geología y en historia que nos contaron muchísimas cosas interesantes sobre Svalbard y nos amenizaron la travesía.
Por la tarde visitamos una de las minas de Svalbard para entender la vida de los antiguos mineros y conocer la historia de los mineros que tan importante fue para esta región.
El segundo día hicimos un safari para ver las morsas en el barco eléctrico Borebukta. Una experiencia bastante exclusiva para tan sólo 12 personas. Por supuesto vimos los leones marinos y otras especies árticas y también acompañados de unos interesantes guías.
Por la tarde fuimos a visitar unos criadores de perros huskies e hicimos un paseo en trineos tirados por ruedas. No es lo mismo que ir por la nieve pero es una manera bonita, natural y divertida de descubrir los paisajes.
El último día hicimos un safari en zodiac por Isfjord para ver los acantilados, pájaros y ballenas. Por la tarde hicimos un precioso recorrido en bicicleta eléctrica por los alrededores de Longyearbyen visitando el Banco de Semillas y por supuesto acompañados por guías armados con su rifle.
Como veis, probamos todos los medios de transporte habidos y por haber… y pudimos descubrir la naturaleza y cultura de Svalbard. Aunque nos quedó mucho por ver.
GASTRONOMIA
En contra de lo que todos esperábamos, ¡en Svalbard se come realmente bien! En el Hotel Funken tienen un restaurante con una gastronomía super cuidada y con mucha atención al maridaje con los vinos. En Huset pudimos probar un menú de degustación de 14 platos preparado por el chef español Alberto Lozano, que está trabajando para poner la gastronomía de Svalbard en el mapa gastronómico mundial y tiene como objetivo obtener una estrella Michelín. Y también tuvimos la oportunidad de hacer una cata de champán francés en el Hotel Funken. Nos sorprendió la delicadeza y sofisticación de los restaurantes en un lugar tan remoto. También vimos restaurantes más sencillos y económicos en los que servían todo tipo de comida. Y la ventaja es que en Svalbard los impuestos son más bajos y eso se nota en los precios de los restaurantes y sobre todo del vino o cerveza.
LOS HOTELES
Durante nuestra estancia no pudimos ver la gran oferta que tiene Svalbard. Además de hoteles convencionales, los viajeros pueden dormir en albergues, hostales o incluso cabañas en mitad de la naturaleza.
Nosotros nos quedamos en el Radisson Blu Polar Hotel que es un hotel de categoría 4 o 5 estrellas super cómodo, bonito diseño y muy buen desayuno. Pero el que más nos gustó fue el Hotel Funken Lodge, un maravilloso hotel boutique de diseño, que cuida al máximo todos los detalles.
AHORA NOS QUEDA CONOCER EL INVIERNO! La noche polar, las excursiones en moto de nieve, las auroras boreales! Si lo hacéis antes que yo, por favor no dejéis de contarlo en este blog.