Cayos Cochinos, más allá de Supervivientes

Honduras y sus islas

Honduras, un país tranquilo y que invita al relax, es uno de los destinos turísticos de Centroamérica menos conocidos. En este post quiero compartiros mi experiencia en este país que, sin ser un destino vacacional muy habitual, sin duda alguna tiene mucho que ofrecer a los viajeros. Cuando pienso en Honduras, lo primero que me viene a la mente es el “canto” de las hojas de las palmeras movidas por la brisa.

La República de Honduras, es un país de América Central y está bordeado por el mar Caribe al norte y por el océano Pacífico al sur. Hace frontera con Nicaragua, Guatemala y El Salvador. Su capital es el Distrito Central, formado por las ciudades de Tegucigalpa y Comayagüela. El territorio de Honduras es muy accidentado, formado por altas filas de montañas, elevadas planicies y valles profundos en los que se encuentran ríos más o menos caudalosos y algunos navegables, que contribuyen a una gran biodiversidad. Se estima que en Honduras existen unas 8000 especies de plantas, alrededor de 250 especies de reptiles y anfibios, más de 700 especies de aves y 110 especies de mamíferos, distribuidos en las diferentes regiones. Además, uno de sus mayores atractivos son sus islas, todas ellas de una belleza natural incomparable. En el mar Caribe, Honduras cuenta con el archipiélago de las Islas de la Bahía, compuesto por Utila, Roatán y Guanaja o con las islas del Cisne y los cayos Cochinos.

Los Cayos Cochinos

Los Cayos Cochinos son un grupo de islas que está formado por dos pequeñas islas y 13 cayos más pequeños de origen coralino situados 30 kilómetros al noreste de La Ceiba en la costa norte de Honduras, aunque geográficamente pertenecen al departamento de Islas de la Bahía y forman parte del municipio de Roatán.

Roatán. Buceo y puestas de sol en el West End

Roatán es la más grande y la más conocida del archipiélago, así que, una vez terminado el programa me cogí un ferry a La Ceiba y me fui a recorrer la mayor de las islas de la Bahía. Soy una aficionada del buceo, y podéis imaginar mi entusiasmo al descubrir que, junto a Útila y Guanajo, Roatán posee la segunda barrera coralina del mundo. Que os puedo decir… ¡espectacular! Aguas turquesas y fondos marinos con una belleza natural y fauna marina incomparable. ¡Un combo perfecto! Arrecife de coral, peces tropicales, tortugas marinas y delfines… ¡Me sentía como la sirenita!

Bucear en Roatán es espectacular. Los increíbles arrecifes de coral, peces tropicales, azuladas aguas cristalinas, cálidas playas de arena blanca, abundantes gorgonias, esponjas rebosando en las paredes, tiburones y delfines, convierten a Roatán en un paraíso para bucear. Desde luego el mejor lugar para bucear en el caribe sin ninguna duda. La historia de la zona también puede contemplarse bajo el agua debido a los pecios que se pueden observar en sus profundidades.¡Todas las fotos que veis en este post son mías!

Otra zona de gran interés en Roatán es el West End, en la punta oeste de la isla. Es el sitio perfecto para disfrutar de una idílica playa con arena blanca y palmeras en la orilla. Escenarios únicos para poder reencontrarse a sí mismo. Quizás con un saludo al sol acompañado por el “canto” de las hojas de las palmeras, que, por la brisa marina, generan un sonido que te atrapa por cuanto te relaja o simplemente disfrutar de sus puestas de sol al atardecer cada día diferentes ¡Ni un filtro de Instagram!

Manglares y garifunas

Teniendo en cuenta que sólo el 10% de la isla está poblada y el 90% restante es selvático nos podemos imaginar la biodiversidad que ofrece. De hecho, otro de los grandes atractivos naturales de Roatán son sus manglares. Realizando un viaje en lancha desde West Bay hasta West End, lograremos apreciar la riqueza de este ecosistema marino, que alberga cientos de plantas y animales poco conocidos y bosques de árboles de mangle rojo en cada extremo de sus canales navegables de aguas esmeraldas. El área que comprenden las comunidades de Oak Rigde y Jonesville Point en el municipio de Santos Guardiola, es donde se concentra la mayor cantidad de manglares de la zona. En esta experiencia, podemos ver tortugas, cocodrilos o aves increíbles facilitándonos una inmersión total en la gran biodiversidad de la isla. Un sitio único en el que, además, podremos interactuar con las comunidades garífunas, que estarán encantados de enseñarnos el territorio donde desarrollan su actividad diaria. Esta comunidad afrocaribeña ha pasado a lo largo de la historia por diferentes acontecimientos como traslados forzosos, genocidios y sucesivos mestizajes hasta llegar finalmente a la isla en la época del dominio británico desde la isla de San Vicente a finales del siglo XVIII. Nos dejaremos llevar con los sonidos enérgicos y cautivadores del tambor y sus ritmos. Grandes bailarines, los garífunas participan en unos peculiares, y relativamente competitivos, concursos de baile en los que la mayoría del movimiento gira en torno a una rotación circular de la cadera. También podemos disfrutar de su gastronomía tradicional a base de yuca, pescados y frutas como el plátano y el coco.

Interacción con animales salvajes

¿Y el santuario de monos, perezosos e iguanas? ¡Que pasada! Un recorrido para los amantes de los animales y pueblos remotos, con su música, comida y cultura propias, que probablemente no descubrirías de otra manera. Pero esta es otra aventura ¡qué os contaré en otro artículo!