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Soy Rosa Escandell Almécija, y en mi caso hubo un paso previo; dedicarme de forma profesional a la cooperación internacional.
Siempre me gustó emprender y de hecho los años que trabajé como directora de zona del departamento extranjero en un banco con más de 30 sucursales a mi cargo, no solo aprendí muchísimo de las empresas y sus empresarios, sino que disfruté y tomé conciencia de que el emprendimiento era mi camino. Sólo había un matiz y era poner mis conocimientos al servicio de personas con necesidad y darles la oportunidad de ser independientes, sobre todo a las mujeres.
Con esa inquietud, y dejando de un plumazo toda mi vida, me mudé a Madrid, y me vinculé a una organización internacional amadrinada por la Reina Sofía. Asumí funciones como directora ejecutiva y coordinadora de diferentes proyectos dirigidos a difundir un mensaje de paz, tolerancia y derechos humanos, a través de la organización de eventos multidisciplinares, campañas de sensibilización, proyectos educativos, y apoyo al microcrédito, a través de foros y encuentros internacionales.
Mi experiencia previa en banca me llevó a sentirme especialmente atraída por el microcrédito: una de las mejores herramientas para la erradicación de la pobreza de los países más pobres, que consiste en la concesión de pequeños créditos, generalmente otorgados a mujeres, ofreciéndoles la posibilidad de iniciar una actividad productiva que las permita obtener ingresos, mejorando su situación y la de sus familias. Y ahí empezó mi formación en microcréditos con Mohammed Yunnus (Nobel de la Paz 2006).
En mi última etapa trabajé en la creación y puesta en marcha de un evento que se realiza anualmente en el edificio principal de Nueva York de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), con conferencias, desfile de Moda para el Desarrollo y entrega de premios a mujeres especialmente comprometidas en la lucha por los Derechos Humanos. Entre ellas Wangari Muta Maathai.
Wangari fue una política y ecologista keniana. Fue la primera mujer africana en recibir el Premio Nobel de la Paz en 2004 por "su contribución al desarrollo sostenible, la democracia y la paz". En 1977 fundó el Movimiento Cinturón Verde, por el que obtuvo en 1986 el Premio al Sustento Bien Ganado.
Y gracias a Wangari, quien me invitó junto con el gobierno de Kenia a visitar su país y colaborar en la creación de un sistema de microcréditos para las mujeres, nació Adcam (www.adcam.es) y el camino hacia el paraíso y la paz interior.
En ese viaje, tuve la oportunidad de conocer a William Kikanae Ole Pere, ese masai que según la embajada de España en Nairobi llevaba 10 años yendo a la ciudad para pedir ayuda para montar una escuela. Ese masai que nada más ver tuve claro que la misión de su vida era crear una transformación en su comunidad sin perder su identidad. William renunció a una beca y la oportunidad de estudiar en Estados Unidos para cumplir su sueño.
William, nació en una familia muy pobre, pero con una infancia muy feliz al igual que casi todos los maasai.
Tenía un vínculo muy especial con su madre y cuando enfermó, siendo William el más pequeño de la familia, adoptó la responsabilidad de ayudar llevando dinero a casa para que su madre pudiera ir a un hospital. El proceso de su enfermedad duro dos años hasta que falleció.
Puesto que no tenían recursos económicos, como fuente de ingresos, recorría largas distancias por el Maasai Mara para ir a Narok (ciudad de los maasai) con el fin de comprar las “beads” bolitas que utilizan las maasai para hacer sus artesanías. Eran varios días andando, incluyendo noches en la sabana pasando mucho miedo por los animales salvajes que la habitan.
Es en una de esas noches cuando él cuenta que tuvo un sueño, en el que se veía llevando una escuela y educación a su comunidad. Y desde entonces se convirtió en el objetivo de vida.
Progresó en su negocio de las beads hasta que puedo comprarse una bicicleta. Trabajaba muy duro incluso como él dice, en uno de sus viajes a Narok, iba tan deprisa con su bicicleta que chocó con un elefante y pensó “voy a morir”.
Pudo conseguir el suficiente dinero para ayudar a su madre en su enfermedad además de reunir lo suficiente para ir a la gran ciudad, Nairobi, a pedir ayuda para su gente. Y ahí estaba yo.
Ese masai que me decía que las mujeres debían de tener propiedades, que las niñas no deberían casarse antes de los 18 años, que las mujeres eran la pieza fundamental de la comunidad y debían tomar decisiones, que los maasai deberían tener recursos de vida que no fueran solo las visitas de los turistas y que sobre todo estaba orgulloso de ser quien era y que además era un ser humano.
Eso hizo que todo cambiara y de ahí naciera La Asociación de Desarrollo, Comercio Alternativo y Microcrédito-ADCAM que fue constituida en España con ámbito internacional en el 2005, y en el año 2013 lo hizo en EE.UU.
William se convirtió en el Director de ADCAM en Kenya y empezamos a trabajar para la mejora de la comunidad en varias líneas de intervención:
Este hotel-camp-lodge esta creado como todo lo demás, con ilusión, amor y el sueño como componente principal. Con ese sueño de que los masai sean los propietarios de su tierra y las oportunidades que ella ofrece.
ADCAM Mara Vision Camp es un alojamiento turístico situado en el área de conservación de Lemex (Maasai Mara). Una nueva forma de hacer turismo en un lugar privilegiado por su flora y fauna salvaje, adentrado en la sabana africana de la mano de auténticos guerreros masai. Un lugar donde vamos a relajarnos, a convivir con la comunidad maaai y a disfrutar de la naturaleza en un entorno inigualable.
Se trata de una oportunidad única de conocer cómo viven y, al mismo tiempo, de ayudar a esta Comunidad, ya que los beneficios obtenidos a través del campamento se destinan a la sostenibilidad de la escuela y el proyecto.
Nuestro lodge está situado en medio de una arboleda, creando un clima de intimidad y confort para nuestros huéspedes. Además, ofrece todas las comodidades, servicios y actividades necesarias para que nuestros huéspedes se sientan bien atendidos, con el aliciente de estar ubicados al lado de la escuela y la Manyatta Maasai, lo que permite una experiencia única de interacción con la comunidad.
La vigilancia 24h está asegurada por los guerreros maasai y al anochecer se enciende el fuego, alrededor del cual nuestros clientes vivirán momentos mágicos acompañados por nuestros guerreros maasai, que compartirán historias y danzas con todos nosotros.
Nuestro eco lodge dispone de 9 tiendas típicas de la zona con una capacidad total para 18 personas, completamente equipadas con todas las comodidades. Cada una de las tiendas tiene una capacidad máxima de dos personas, con cama de matrimonio o individuales, cuenta con WC privado y lavabo con agua caliente, dispone de armarios, ropa de cama y toallas de baño. La ducha está situada en el exterior para vivir la experiencia de ducharse contemplando la naturaleza y escuchando el canto de los pájaros.
Una de las tiendas es un lodge especial, un lujo reservado para parejas, clientes del paquete Premium o todo aquel que desee hospedarse allí. Esta exclusiva tienda dispone de un espacio privado con fuego propio, vistas espectaculares y goza de una calidad superior, por ejemplo, suelo de madera. En esta tienda, los visitantes pueden comer en sus apartados reservados y, con la hoguera propia, pueden disfrutar de las estrellas y los sonidos de la noche típicos de la sabana, logrando una experiencia sin igual.
Las instalaciones también cuentan con zona de Bar y descanso, tienda de souvenirs y baño público.
La vigilancia y servicio es 24 horas, y al anochecer se enciende el fuego, alrededor del cual se viven momentos mágicos gracias a su cielo estrellado y a las danzas e historias que a los guerreros masai les gusta compartir.
En Adcam tendrás la oportunidad de vivir experiencias únicas como nuestra acampada en el río mara. Sin duda la actividad estrella de Adcam, por privilegiada (solo Adcam está autorizada por el Área de Conservación para realizarla) y por completa.
Al llegar a un lugar muy especial, un recodo del río Mara donde habitan cientos de hipopótamos se nos para el corazón. Cae el sol y en el río se distinguen los lomos brillantes de los hipos adultos y crías juguetonas. Cuando ya oscurece, los hipos se disponen a salir del agua e inician sus rutas por toda la sabana para comer hierba. Es en ese momento en el que somos espectadores de total excepción pudiendo ver ese espectáculo a muy pocos metros, a veces a la luz de la luna o bajo un cielo infinito estrellado, ya que esa noche no volvemos a nuestro Camp habitual sino que los guerreros Masai nos sorprenderán al haberse adelantado sin ser vistos a un bosquecillo junto al río donde han montado un campamento móvil. Nos disponemos a pasar una noche mágica aún más en mitad de la sabana si cabe.
Podría nombrar todas las actividades especiales que ofrecemos a nuestra familia, porque sí, en ADCAM dos los clientes son familia, pero lo que quisiera destacar es que alojarse en el campamento es vivir una TRANSFORMACION en tu vida en donde hay una antes y un después.
Al final yo también he conseguido mi sueño y en ese sueño entra compartir todas las maravillas que suponen trabajar en el paraíso.